EL SEÑOR OSO QUE ERA UN CONEJO

Había un conejito que se llamaba Señor Oso, ese era su nombre pues así le había puesto su papá cuando nació, y como todos sabían que el Señor Oso era peligroso le tenían mucho miedo al conejito. El conejito comenzó a apreciar el respeto que los demás le tenían y asumió con sabiduría su poder dando sabios consejos siempre que iban con él a acusar a otros. Un día llegó el Oso a ese lugar y todos le dijeron que tuviera cuidado con el Señor Oso, lo cual lo confundía mucho, por lo que decidió ir a conocer al dichoso Señor Oso. Cuando todos se enteraron que él iba a ver al Señor Oso, le advirtieron que tuviera cuidado.
Cuando el Oso llegó con el Señor Oso, el miedo que todos infundaron en Oso hizo que su respeto por él creciera. Cuando el conejo Señor Oso lo vio, le dio una de sus sabios consejos, uno tal que tocó su tierno corazón y arrancó lágrimas de sus ojos, el respeto por él creció a tal grado que el Oso decidió convertirse en el guardia oficial del Señor Oso… Así el Oso y el conejo Señor Oso se convivieron en una poderosa leyenda.