EL AMOR ENTRE LA LUNA Y EL SOL

Una vez, la Señora Luna le pidió al Señor Sol permiso para visitarlo de día. Ese día surgió sin querer un gran romance entre ambos, primero la Luna se acercó sin querer hacia el Sol interrumpiendo su luz por unos momentos. Ella se sintió apenada y al darse cuenta del mágico contacto que había surgido entre ambos cayó rendida al embrujo del amor, por su parte el Sol le permitió a la luna entrar varias veces a su casa, y así hasta que por fin ella accedió a unirse con él con toda su alma y cuerpo, dejando de ser fría y pálida para sumergirse al calor y oscuro bronceado que el Sol le regalaba. Ambos cuerpos al unirse llegaron a desaparecer mágicamente dejando sólo un aro de luz, un hilo de aliento que recordaba el origen de un amor ancestral. Algunas veces este hilo de amor materializaba un aro, un anillo que el Sol coloca en la Luna en símbolo del amor que de él nace. En estas ocasiones la luz de ambos se consumía en un largo suspiro… Desde entonces se siguen viendo cada tanto tiempo para continuar su milenario romance…

Hay quienes dicen que han visto a la Señora Tierra queriendo interponerse entre ellos. La verdad más cruda y nunca comentada de manera abierta, para no ofender los a los castos y a los reprimidos, a los temerosos y a los juiciosos, es que ella, la Tierra, es la amante eterna de ambos. Así ocurre en este universo loco.