Jul 19, 2008


EL GRILLO Y LA LUNA


Había una vez un pequeño Grillo que tocaba cada noche su violín a la misteriosa Luna, de quien estaba enamorada.

Luego de mucho tiempo dedicado en una nueva composición musical que había compuesto especialmente para esa muda señora que siempre respondía a su serenata con una suave luz, a veces llena y a veces en un coqueto guiño creciente o menguante; el pequeño Grillo decidió interpretar por primera vez su obra ante su brillante objeto de amor.

Y en el justo momento en el que llegó al final de su extraña melodía, la Luna simplemente desapareció… No se ocultó tras una nube como había hecho juguetonamente otras noches, ni se ocultó tras las montañas, ni había sido una noche sin luna como otras ocasiones… simplemente desapareció. De estar completamente brillante y atenta a su serenata, el cielo pareció simplemente un mar de brillantes estrellas que por contraste relucieron más brillantes aún…

El Grillo se entristeció pues vió que su canción no había inspirado a la Luna para brillar más, sino que al contrario… se apagó. Y decidió no tocar nunca más. Con su orgullo herido y sus ilusiones rotas, guardó su violín y se fue a dormir…

Minutos después, la sombra de la Tierra liberó a la Luna de su prisión de eclipse. La luna quedó roja de pena por un largo rato, pues su enamorado, el Grillo no le tocaría más.

2 comments:

Luna Quisan said...

ay que bonito cuentecito... escribes precioso... un saludo afectuoso

Unknown said...

Gracias Luna. Me da gusto que te gusten estos cuentecillos. Cuando nos cuentan historias los seres humanos solemos poner atención y aunque parezca loco, sí disfrutamos aprendiendo a través de sus moralejas.

Son como la música... que hacen llegar los mensajes más rápido al alma. Sin tener que enfrentarse con nuestros filtros individuales.

Jejeje, gracias de nuevo.