¿Han
visto cómo en los rayos de sol, sobre todo en lugares cerrados y muy viejos, sucios o concurridos
se aprecian pringuitas de polvo que caen en una interminable lluvia?, es como si el
techo se deshiciera o como si algún universo alterno hubiera abierto un portal
por el que sus habitantes entraran y sólo existieran por ese diminuto fragmento
en el que atraviesan por la luz del rayo de sol y desaparecieran fuera de él.
Cuando yo era muy pequeño solía ver estas partículas caer durante horas y preguntarme su
origen y destino. Intentaba con gran frustración atraparlas, a la luz del rayo, parecían
tener una forma contundente y al poner mi mano para que cayeran en ella,
también parecían desaparecer, como si al contacto con la piel se derritieran o
simplemente se esfumaran. Notaba cómo se ponían nerviosas cuando pasaba la gente o se movían objetos cercanos y cómo regresaban a su parsimonioso ritmo después.
Igual que estas pringuitas es la historia de
numerosas personas que parecen desaparecer luego de parecer tan sólidas y
definidas en un instante de nuestra vida.
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